lunes, 17 de octubre de 2016

Menos mal que lo mayoritario embiste

Vaya limpieza de corrales, señores empresarios. Zaragoza no merece esto. No sé cuántas veces lo he repetido a lo largo de esta Feria del Pilar. Sólo se salvó un burraco de La Palmosilla. Y nada más.

Miguel Ángel Perera pechó con la cara y la cruz. Su primero, de La Palmosilla, resultó bueno para la muleta, ayudado por la gran lidia de Curro Javier. Qué torero. El extremeño lo lució dándole distancia y quizá eso le perjudicó. El animal, aún con la mano izquierda partida, embistió con despaciosidad y clase. Perera, en su estilo. Compás muy abierto y templado. Pero faltó algo para redondear. Oreja sin protesta. El cuarto necesitaba un cencerro o que se lo llevarán al Rocío. Llevaba más viajes que el baúl de la Piquer. Manso redomado que hubo de ser condenado a fuego. Negras para los mansos redomados. Curro Javier se desmonteró gracias a un par enorme. Qué torero. El de Puebla del Prior quiso hacer el toreo actual cuando el animal necesitaba doblarse, poderle y matarlo por arriba. Recursos nada más.

José Garrido vino mermado de condiciones físicas y se le notó. Su mano derecha apenas pudo sostener la muleta y entrar a matar fue un suplicio. Sus oponentes, además, no valieron nada. Recibió a tres toros porque su primero se fue a corrales. El sobrero, de La Palmosilla, se rajó nada más empezar. El torero intentó sacarle algo pero de un pozo vacío solo se ganó una voltereta. En el quinto de la tarde, anovillado, más de nada. Faena breve que se agradeció en los tendidos.

Ginés Marín vino con todo. Es un torero con mucho gusto tanto con el capote como con la muleta. Recibió al tercero de la tarde con compás y armonía. El inicio de faena con una arrucina en los medios ligada a una serie de naturales puso en pie a la plaza. Quizá después pecó de encimista. El toro echó la persiana y allí naufragó la emoción. En el anovillado sexto la nada más absoluta una vez que quedó desarmado el torero nada más empezar a torear de muleta. Repito: la nada.
Y así, otra tarde más en la que no pasa prácticamente nada. Y es que, señores empresarios, toreros, apoderados y demás ralea, sin toro no hay nada. Y Zaragoza quiere toro, aunque sea del mayoritario.

Crónica dispoble en: http://www.porelpitonderecho.com/inicio/menos-mal-que-lo-mayoritario-embiste-3410

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