sábado, 23 de abril de 2016

Ni Dragón embistiendo ni San Jorge toreando

Crónica disponible en:

http://www.porelpitonderecho.com/inicio/ni-dragon-embistiendo-ni-san-jorge-toreando-2883


Abría sus puertas el coso de Pignatelli en esta temporada 2016 con un encierro de la divisa extremeña de López Gibaja, que tras sus actuaciones en Valencia con diversas novilladas debutaba en plaza de primera con corrida de toros. El antecedente más cercano en esta plaza fue aquel Marqués, que ganara la Corrida Concurso de esta misma plaza en 2013. La presentación del encierro ha sido desigual, con dos toros, tercero y quinto, absolutamente impresentables en una plaza de la categoría del coso zaragozano.
Joselito Adame hacía el paseíllo desmonterado al debutar como matador en Zaragoza. En ninguno de sus dos toros colocó al animal en suerte, cosa que en el cuarto se le exigió con firmeza por parte de la afición, ya que el toro empujó de verdad en su primera vara. Pero vayamos por partes. Su primer toro, un manso de libro, humillaba al coger los trastos. Tras una lidia en la que no se le pudieron dar más capotazos, se puso el hidrocálido a seguir por el mismo palo que su cuadrilla. Total, que entre el poco temple, que estaba toreando desde la Plaza del Pilar y que el animal se fue yendo poco a poco abajo, nos quedamos sin nada. Bueno, sin nada no. Adame trajo por trastos dos bonitas mantas zamoranas que hubiesen hecho las delicias en el invierno de la ciudad. Es materialmente imposible torear decentemente con semejantes carpas de circo. El cuarto, como ya hemos dicho, tomó una buena primera vara que fue bien administrada por Óscar Bernal. ¿Y qué hizo Adame? Una demostración de eso que se conoce por Tauromaquia 2.0 a la que se añadió una buena cantidad de zapatillazos. Tras matar al animal, el espada, con el permiso de la autoridad abandonó la plaza.
Mi reflexión, como aficionado, es: ¿cómo se puede permitir que el director de lidia abandone la corrida sin que esta haya terminado? Una vergüenza, un despropósito y, sobre todo, una falta de respeto a la afición y a sus compañeros.
Juan del Álamo entró a última hora por sustitución de David Mora, con una rotura fibrilar en el gemelo. Qué casualidad. Álamo tuvo como primer enemigo a un toro al que le hicieron todo al contrario a partir de su paso por el caballo, donde fue bien picado por Paco María. Su faena con la muleta fue más larga que un día sin pan. Y no contento con ponerse realmente pesado, se entretuvo en pegar circulares de todo tipo. Con el quinto apenas tuvo opción. Un toro manso, descastado, mal lidiado y mal presentado.  Un capítulo vacío.
Fortes es un torero con valor. Con mucho valor. Pero poco toreo. Transmite al tendido una sensación de inseguridad que es difícil de explicar. Quizá el mejor ejemplo es su faena al tercer toro de la tarde. En las cercanías, con escaso temple y sin conducir la embestida del toro, que tampoco era nada del otro mundo. El público, con sensación de que podía ser cogido en cualquier momento. Y Fortes acabó el cuadro con unas bernadinas ajustadísimas. Toreo poco, valor todo el del mundo. Por cierto, lo de brindar con una rosa y un libro es una estupidez de proporciones considerables. Esto es Aragón, por si no se ha enterado alguno. El sexto toro no lo quiso ni ver. Bronco, sí. Pero Fortes ni se puso. Casi que lo agradecimos, porque más de dos horas y media de sopor son mucho sufrir de forma gratuita.
Y así acabó la primera de feria. Ni Dragón embistiendo ni San Jorge toreando. Mañana la concurso. Esa va a ser.

  • Zaragoza. Plaza de toros de La Misericordia. 1ª de la miniferia de San Jorge. Algo más de un tercio de entrada en tarde primaveral con el cierzo propio de la tierra. Corrida de Toros de López Gibaja, desiguales en presentación y juego.
  • Joselito Adame: ovación con saludos y silencio.
  • Juan del Álamo: ovación con saludos y silencio.
  • Jiménez Fortes: leve petición y pitos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario